Cosmética responsable

Dejando a un lado mi parte de compradora compulsiva, algo difícil puesto que cada vez que entro a Lush encuentro algo nuevo, me gusta esta marca no sólo por los productos, sino por los valores que transmite.

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No voy a engañaros haciéndoos creer que soy una activista que lucha cada día por el medio ambiente (algo que sí deberíamos hacer), porque no es así y probablemente utilice a diario productos de dudosa procedencia, pero sí valoro una marca en la que poder confiar.

Lo primero que me atrajo de esta marca es que tiene una política muy firme contra el testado en animales. En todo el proceso de elaboración, Lush se encarga de que ninguna de las empresas con las que colabora, participe de un modo u otro en el testado de animales. De esta manera se aseguran que los beneficios que se obtienen no vayan nunca a estas prácticas. Debo decir que esta marca es inglesa y en Reino Unido se prohibió en los años 90 experimentar con animales (igualito que en España donde los matan por diversión #noesmicultura).

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La bolsa de Fighting Animal Testing está a la venta por 10.50€

En consecuencia a esto, sabemos que los ingredientes que se utilizan no provienen de animales, son siempre naturales: plantas, frutas, aceites y arcillas por ejemplo. De hecho, Lush cocina estos ingredientes en Lush Kitchen donde elaboran los productos bajo petición. El pilar fundamental por el que se rige la marca es la frescura de los productos, por lo que no tienen grandes almacenes llenos de cosmética, sino que van elaborando según van necesitando. Por ello, en cada envase que compres aparece la fecha en la que se ha hecho y la de caducidad. Para mantener los productos frescos durante más tiempo, se utilizan conservantes naturales como sal o miel.

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En cada producto puedes encontrar toda la información sobre qué lleva, quién y cuándo se ha realizado.

Otro punto importante y a tener en cuenta es la idea del comercio justo. Lush trabaja muy cerca de sus proveedores asegurándose de los empleados tengan un sueldo, unas buenas condiciones laborales y no haya explotación infantil. Se trata de que utilicen productos sostenibles que no dañen el medio ambiente, que sean ecológicos y se vendan a precios justos. Todo esto se consigue a través de empresas auditoras y organismos de certificación.

Por supuesto, la solidaridad tiene un lugar importante en la política de Lush que aporta su granito de arena a ONGs que luchan por las mismas causas en las que ellos creen. Charity Pot es una crema corporal y de manos que cuesta 5 €, los beneficios que se obtienen por la venta (impuestos excluidos) van destinados a las distintas ONGs con las que participa la marca. Este año, por ejemplo, los beneficios irán a apoyar la Fundación Daniela, una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo fundamental es terminar con la discriminación que sufre el colectivo de niños y adolescentes.

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5 respuestas a “Cosmética responsable

  1. Me gustan mucho las prácticas de Lush, y creo que sienta un buen precedente para que otras marcas se vayan sumando a eso de no poner 5 envoltorios por producto y otras de sus buenas prácticas.
    Pero respecto al tema de la experimentación animal, decir que en España también está prohibido, en toda la Unión Europea de hecho, se prohíbe la experimentación para cosmética tanto para ingredientes como para productos terminados, y lo mismo para los que se importan. El problema es que hay países como China donde es obligatorio, y la UE está intentando solucionar esto, porque hay empresas que no testan aquí, pero están obligadas a hacerlo allí. De ahí que sitios como PETA tengan listas de empresas que exportan a China y similares para quien quiera evitarlas.

    Así que no sólo Lush, si por ejemplo ves una marca española que sólo vende por aquí, tienes garantizado que no experimente con ellos.

    ¡Un saludo!

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  2. Muchísimas gracias por tu comentario y por la información que proporcionas. En ningún momento a través del post tenemos la intención de afirmar que en en España la experimentación con animales es legal; somos muy conscientes de que no. Simplemente, queríamos hacer un apunte acerca de la impotencia que nos produce que otras prácticas en las que se «juega» con la vida de los animales aún sean legales y se justifiquen como forma de cultura. Te pedimos disculpas si no lo hemos expresado de la mejor manera posible. Un abrazo

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    1. Huy, perdón, que mi comentario no pretendía ser una crítica al artículo ni mucho menos que afirmárais eso, siento si me ha quedado así, sólo quería añadir información por si se desconoce que aquí en ese tema hemos avanzado mucho.
      Un beso y seguid así 😉

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